miércoles, 22 de marzo de 2006

un papalote que cae sin mirar

cuando eran tiempos de guerra, los niños eran el blanco perfecto para los volantines despechados del cielo. Esos volantines que -sin tocar el suelo- se atribuían un carácter divino fascistoide con aliento a comida de tres días atrás. Esos volantines oscuros y grises, que en su interior llevaban el terror en cuenta regresiva y una carcajada roja, estampada con alcohol. Esos niños y sus volantines, que contando de dos en dos lograban abrazarse al dolor. Lograban encontrar bajo los escombros el viento encerrado de un volantín de papel, cierto, manifiesto y pacificador. un
vo
lan
tín.

2 Comments:

Blogger Manel said...

www.batalhadeestrelas.blogspot.com
hello from portugal

marzo 22, 2006 2:38 p.m.  
Blogger Paup said...

me ganaste!

marzo 22, 2006 4:22 p.m.  

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